La peste porcina africana es una infección viral no zoonótica que se transmite por contacto y por garrapatas. Su notificación debe ser inmediata y es obligatoria. Afecta a cerdos domésticos y silvestres con diversas manifestaciones clínicas. Los principales signos son fiebre, letargia, y muerte súbita en casos sobreagudos. Si el animal resiste algunos días, se observan diarreas y vómitos con fuertes hemorragias y emaciación de la piel. Los casos más moderados dejan un cierto porcentaje de animales sobrevivientes que permanecen como transmisores de la enfermedad. También pueden existir portadores asintomáticos. No hay tratamiento ni vacunas, por lo que el control de la enfermedad se fundamenta en una detección rápida y en el sacrificio obligatorio de todos los individuos afectados y sospechosos de haber estado en contacto con el virus. La peste porcina africana es endémica en África, Europa del este, China y parte de Asia.

El Servicio Nacional de Sanidad, Inocuidad y Calidad Agroalimentaria (Senasica) entró en alerta por la llegada de la peste porcina africana al continente americano.

El 28 de julio se detectó el primer caso en América en más de 40 años. La enfermedad no afecta a humanos, pero tiene el potencial para devastar a la industria productora de cerdos en los países donde toca tierra.

Los primeros casos se detectaron en República Dominicana, un país que exporta poco puercos a México y otros compradores del continente. Sin embargo, las autoridades mexicanas temen que la enfermedad llegue mediante productos infectados que transportan viajeros internacionales.

“El Senasica se encuentra en estado de alerta permanente para, en caso de que la enfermedad entrara a México, detonar de manera inmediata el Dispositivo Nacional de Emergencia en Sanidad Animal (DINESA), para su control y rápida erradicación”, apuntó el órgano de gobierno en una tarjeta informativa.

Por el momento está prohibido el ingreso de productos y subproductos de cerdo provenientes de República Dominicana y de todos los países afectados por la peste porcina, una lista que incluye a China, Alemania y Rusia.

El brote, aunque aparentemente lejano, también mortifica a los productores de puerco en México. El gobierno de República Dominicana prevé sacrificar a más de medio millón de cerdos para frenar la peste, para la que no hay tratamientos ni vacunas. De llegar a México, el sacrificio de animales sería la única opción también.